lunes, 18 de enero de 2010

Tarot

La Papisa o Sacerdotisa
La papisa se refiere, fundamentalmente, a la necesidad de dilucidar poderes que permanecen ocultos; representa así, entonces, el potencial de lo desconocido. Es una carta eminentemente misteriosa; muy amiga de aquello que en nosotros se encuentra en penumbras, de aquello que se manifiesta como posibilidad dormida.

Hablamos de un arcano particularmente escindido: aunque se trata de una mujer, notamos en ella ciertas características de normal vinculación con el mundo las fuerzas masculinas. Esto es así porque la Papisa, en su significado más positivo, quiere representar la necesidad de llevar una intuición (forma de conocimiento claramente femenina) hacia lo racional (forma de conocimiento claramente masculina). A diferencia del arcano mayor La Emperatriz (que representa paradigmáticamente la esencia femenina), ésta carta viene a ser un vinculo de unión entre esencias diferentes.

Llama a aquello que nosotros no conocemos en nosotros mismos; quiere despabilarnos de cierto estado de letargo estructural, de esa actitud que tiende a darlo todo por sentado.

Suele relacionarse a la idea de oscuridad, pero no a la oscuridad en tanto misterio impenetrable, sino a la oscuridad en tanto ámbito de fecundación. Dice que algo crece en nosotros más allá de nuestro conocimiento conciente. Así, como nosotros mismos fuimos desarrollándonos en el útero de nuestra madre, y toda la vida proviene de las entrañas oscuras de la tierra, nuestra verdadera esencia ha de asomarse también a la luz, ha de aparecer definitivamente en el mundo.

Esta carta es portadora de un gran mensaje para aquellas personas que sufren de sueños o pesadillas repetidas. Invoca la búsqueda espiritual de los significados últimos de aquellas manifestaciones oníricas. “¿Qué es lo que oculta tu inconsciente”? nos pregunta, “busca conocerte a ti mismo”, nos alienta.

La papisa nos demanda una de las partes más arduas y difíciles del auto-conocimiento; la necesidad de saber quienes somos en realidad, de conocer cuáles son las pasiones que escondemos en nuestro inconsciente. Muchas veces esta carta quiere traer a colación temas que nos parecen alejados de cualquier punto de interés (en tanto nos parecen en extremo pretéritos); pero eso es, efectivamente, lo que quiere decirnos: nos pide que volvamos a ver lo que ya no queríamos volver a ver jamás.
Así que la papisa es una íntima amiga del pasado, y más aún: una íntima enemiga del olvido. Cierto será afirmar que un permanente trabajo en busca de recuerdos pretéritos nos significaría el terrible error de olvidar que en realidad se vive en el presente, pero existe mucha gente que ha transformado el recuerdo en una insoportable fobia, y es precisamente a esa gente a quien esta carta mejor se aplica.

Esta carta es, además, por supuesto, una excelente amiga de la luna llena; ciento por ciento acorde a esa luz monocromática que envuelve la existencia con un inmenso símbolo de interrogación. Este arcano mayor adora las preguntas y no está particularmente interesado en escucharnos esgrimir una respuesta; cuando queremos decir lo que pensamos ya está mostrándonos el siguiente misterio. “Ya tu verás si tus verdades te sirven o no” nos dice, “yo estoy aquí para hacerte mil preguntas”.

La aparición reiterada del arcano mayor La papisa puede estar queriendo indicar la necesidad de incurrir en algún tipo de actividad espiritual disciplinada, como ser, por ejemplo, la meditación.

Si bien es cierto, como ya hemos dicho mil veces, que esta carta nos llama a la búsqueda, no debiera entenderse con eso que nos referimos a una búsqueda pensada y racional; cierto es que a lo último la verdad encontrada brillará a la luz del sol (que suele representar el conocimiento pleno de las cosas), pero entonces La papisa no estará ya a nuestro lado, su misión estará ya cumplida. Solo cuando hayamos dado una buena respuesta a la pregunta la carta dejará de preguntarnos, no -volvemos a decirlo- porque le interese en absoluto nuestra respuesta, sino porque sabrá darse cuenta de que su pregunta ya no tiene ningún sentido.

Lo más común, cuando se toma pleno conocimiento de aquello que La papisa quiere significar, es tener miedo; eso es, precisamente, lo que busca esta carta en nosotros: que seamos capaces de superar nuestras limitaciones y miedos más profundos. Nunca tendremos libertad si no logramos romper las cadenas y restricciones que nos impone el miedo. La papisa es un arcano de liberación; una liberación que -como todo lo que se quiere hacer bien- ha de requerir empeño, dedicación y esfuerzo.


Fuente: http://www.magiaguia.com/tarot/cartas/la-papisa.html

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